miércoles, 7 de enero de 2009

Camino al contentamiento

Supongo que todas hemos escuchado que para arrancar la mala hierba debemos hacerlo de raíz y no dejar ningún vestigio de ella o volverá seguramente y con más fuerza, como si sólo la hubiéramos podado, y hemos escuchado lo mismo con relación al pecado. No hay ejemplo más claro que los enemigos del pueblo de Israel a quienes Dios les ordenó liquidar completamente (Dt. 20:16-18) y por su desobediencia aún estamos viendo las consecuencias. Así que, buscando y rebuscando dentro de mi, y fiel a mi obsesión de auto análisis, di con unos cuantos monstruos que fueron la base de mi antiguo descontento (aunque como dice Pablo: no pretendo haberlo alcanzado). Hubo un tiempo en que yo creía que estaba absoluta y totalmente segura de que era muy feliz siendo soltera y que no me casaría ni con el más guapo, inteligente y fiel hombre que encontrara. Y es que mi papá era el objeto de mi admiración en el aspecto de conocimientos, de fidelidad y buen carácter, pero tenía sus 'asegunes' que mamá nunca permitió que pasaran desapercibidos. En resumen, el matrimonio de mis padres no era un aliciente para desear estar casada. Por lo tanto, lo que tenía yo hacia el matrimonio era menosprecio; pensaba que tenía que haber algo más para mi que lavarle la ropa y hacerle de comer o despertarme a media noche porque el niño tiene tos (y no hablo de los hijos) y luego echarle en cara todo lo que yo hacía por él y lo poco que él hacía por mi. Cuando comprendí que esos son patrones aprendidos que hemos de 'desaprender' y que ahora en Cristo somos nuevas criaturas(2 Co. 5:17), capacitados para vencer el mal y hacer el bien...no se me quitó el miedo. ¿Y si yo soy la copia fiel de mi mamá? ¿Y si no puedo vencer la enorme cantidad de pecados que de repente vislumbro y le hago la vida miserable a él y a mi? Ah! mis contradicciones nunca me dejan, ¿acaso no creo en el poder de Dios?. Concluyo que esta especie de contentamiento que decía tener no era tal, sino puro miedo y menosprecio al matrimonio.

No hay comentarios: