martes, 23 de febrero de 2010

Soltera, no libre

Quizá sea necesario aclarar ciertos puntos cuando digo que soy soltera. Me pregunto si será necesario comentar que hace muchos años que estoy comprometida. Hice el compromiso de que no saldría con ningún hombre que no tuviera en mente el matrimonio y que no me casaría con un hombre que no conociera y amara al Dios bíblico. Es la promesa más grande que he hecho. Sí, en ciertos momentos ha sido doloroso cumplir con ella. Pocos momentos, en realidad no he sido muy solicitada ni muy correspondida. Pero ese par de momentos en que ha resultado particularmente doloroso mantener en mente mi compromiso, me han dado la enorme alegría de ver y conocer más a Dios. ¿Te ha pasado? Luego de una enorme lucha por obedecer, una lucha entre tus deseos y tus obligaciones, entre la carne y el espíritu, lucha en la que descubres qué cerca estás de ser vencida y qué frágil es tu naturaleza; luego de todo esto, es indescriptiblemente maravilloso ver Su rostro en medio de la tormenta. Con la ropa mojada, los brazos extenuados por tanto tratar de resistir, la barca a punto de hundirse, el alma angustiada por los azotes del viento y la lluvia,...verlo caminar, poderoso, en medio de nuestra tormenta...dominando lo que pensábamos indomable...acercándose a nosotros, que lo habíamos olvidado...es simplemente maravilloso. Es por eso que todas las noches renuevo mi compromiso, algunas veces llorando, otras sonriendo, pero todas consiente de que no importa ni importará nunca qué tan sola pueda sentirme, Él siempre estará ahí como poderoso gigante en medio de la tempestad.

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