miércoles, 17 de diciembre de 2008

La búsqueda

Como el pueblo de Israel, al principio de nuestra era, buscaba un poderoso libertador que lo rescatara del yugo romano, así la mujer espera a un caballero ideal que la liberte y conquiste. Así como los primeros estaban ciegos ante su verdadera necesidad, las mujeres estamos ciegas ante la nuestra.Vivimos en un siglo 'moderno' en el que el feminismo lucha por derribar la imagen de un príncipe azul rescatador de la doncella desvalida y erigir en su lugar a la mujer todopoderosa, independiente y capaz de satisfacer sus propias necesidades por sí sola. Pero esta es una impostura, una máscara que en la mejor de las veces cumple la función de paliativo para la soledad en que se vive. Todas, aún la más dura feminista, esperamos en el fondo un rescatador. Por esto es posible descubrir grandes y exitosas mujeres de negocios sumidas en las adicciones, en una completa infelicidad (notoria u oculta), en la soledad o abandonándolo todo por una relación amorosa que le brinde cierta satisfacción. "...Y tu deseo será para tu marido". Estas palabras resuenan en mi mente cuando veo hasta qué punto es capaz de soportar una mujer a condición de que un hombre permanezca a su lado. Al contrario de las feministas, la gran mayoría de mujeres machistas callan abusos, violaciones golpes, insultos, menosprecios, adicciones, etc. Todo con tal de tener la 'protección' de un hombre, o lo que ellas consideran (erróneamente) amor, o por lo menos cierta satisfacción sexual de vez en cuando. Llegan al punto de perder toda dignidad abandonando a sus hijos, traicionando amigas, hermanas, madres, con tal de sentirse 'amadas', 'deseadas', 'aceptadas' por un hombre que, regularmente, no ve en la mujer nada más que un objeto de satisfacción sexual. ¿Cuál es la razón de este estado? Intentaremos sondear poco a poco la respuesta, espero que lo hagamos juntas pues no pretendo tener las respuestas absolutas. Sé que las Escrituras son la respuesta absoluta y contundente para todos los problemas, y este blog será un intento por compartir con ustedes los avances encontrados en ella y en los sermones en nuestra iglesia. Si todas las dudas e incertidumbres que día a día atraviesan mi frágil corazón femenino pueden servir a alguien que lea, espero que la gloria sea dada al Dios Todopoderoso que nos guía y sostiene.